Señor lector, para ponerlo en contexto, le comento que este libro contiene nueve cuentos. Nueve cuentos cargados de audacia y picardía, de párrafos que invitan a la risa, pero acaban en reflexiones, nueve cuentos que sacan a relucir el costado más salvaje del ser humano: el de los instintos y las pasiones.
Cada historia contada por Marcelo Campaner en estas páginas, atrapa por su tinta y su sensatez, generando en quien lee la necesidad imperiosa de terminar lo que empezó. Con sindicalistas y rituales futbolísticos sus cuentos retratan “la argentinidad al palo”, aunque en relatos como Péterron —que precisamente le da el nombre a este libro— demuestra que sus historias trascienden más allá de la frontera y que el ADN argentino es, en realidad, el ADN más primitivo del hombre.
Ahora que ya está contextualizado de lo que puede llegar a encontrarse en las páginas siguientes, lo invito a que disfrute de este libro tanto como yo lo he hecho. Le aseguro que no quedará ajeno ante las historias que narra.
Señor lector, para ponerlo en contexto, le comento que este libro contiene nueve cuentos. Nueve cuentos cargados de audacia y picardía, de párrafos que invitan a la risa, pero acaban en reflexiones, nueve cuentos que sacan a relucir el costado más salvaje del ser humano: el de los instintos y las pasiones.
Cada historia contada por Marcelo Campaner en estas páginas, atrapa por su tinta y su sensatez, generando en quien lee la necesidad imperiosa de terminar lo que empezó. Con sindicalistas y rituales futbolísticos sus cuentos retratan “la argentinidad al palo”, aunque en relatos como Péterron —que precisamente le da el nombre a este libro— demuestra que sus historias trascienden más allá de la frontera y que el ADN argentino es, en realidad, el ADN más primitivo del hombre.
Ahora que ya está contextualizado de lo que puede llegar a encontrarse en las páginas siguientes, lo invito a que disfrute de este libro tanto como yo lo he hecho. Le aseguro que no quedará ajeno ante las historias que narra.