Estos once relatos, totalmente extraños al título que los reúne, te introducen en un laberinto de mundos impredecibles. Quien lee ingresa por la pequeña puerta que abren las palabras, acompaña a limón al agua en su peregrinación, recibe el estigma de la papa para toda la vida, adquiere un paraguas preparado para infinitas tormentas, entrega sus pies a un podólogo poco piadoso, se enamora de los objetos cotidianos con un resto de culpa insoslayable y, finalmente, sigue los desbordes de una prosa que bombardea la institución universitaria con su ritmo descontrolado. Como se imaginan, omitimos nombrar unos cuantos personajes y entes, pero confíen que están agazapados en el interior del libro. Si no fuera así hagan el reclamo correspondiente que ellos se comunicarán a la brevedad por los canales estipulados, para dejar sin efecto su ausencia.
Estos once relatos, totalmente extraños al título que los reúne, te introducen en un laberinto de mundos impredecibles. Quien lee ingresa por la pequeña puerta que abren las palabras, acompaña a limón al agua en su peregrinación, recibe el estigma de la papa para toda la vida, adquiere un paraguas preparado para infinitas tormentas, entrega sus pies a un podólogo poco piadoso, se enamora de los objetos cotidianos con un resto de culpa insoslayable y, finalmente, sigue los desbordes de una prosa que bombardea la institución universitaria con su ritmo descontrolado. Como se imaginan, omitimos nombrar unos cuantos personajes y entes, pero confíen que están agazapados en el interior del libro. Si no fuera así hagan el reclamo correspondiente que ellos se comunicarán a la brevedad por los canales estipulados, para dejar sin efecto su ausencia.